martes, 17 de febrero de 2009

"Este corazón sangrante, picante, conquistado, estrujado, tostado, molido, licuado, mezclado"


Cómo lo dijo Astrid Hadad con todo y su posmodernidad: "Este corazón sangrante, picante,, conquistado, estrujado, tostado, molido, licuado, mezclado" pregunta por ti.

¿Qué le digo, cómo le xplico lo que está pasando?

Qué curiosos son los azares del destino, esas vueltas que da la vida sin avisarle a nadie. Un día somo seres felices completos, llenos de alegría, satisfechos, enamorados, llenos de fe. Al siguiente somos desdichados, infelices, estamos fastidiados, y el mundo nos apesta, nos sentimos fuertes... En un segundo la sonrisas se convierten en furia y viceversa. Que controversiales somos.

He de confesar que más de mil veces he querido patear un perro, rascarle el culo a mi vecina, esa vieja gorda e insoportable que me hace la vida imposible. También me he deseado suicidarme y dejar de pagar los platos rotos por una vida que nunca viví. ¿Y quién no ha querido hacer eso?

Nosotros los hombres que llegamos hace mucho para vivir y detriuir, éste ruin y fascinante mundo, pensamos más en nosotros que en los que nos rodean. Nos perdemos en una realidad que poco a poco nos vamos inventando.

El encapsulamiento de nuestra mente, esa afán constante de perdernos en objetos banales e infructuosos, que sólo alimentan el ego y entierran la causa por el de a lado parece invadirnos. No vemos más allá de nuestras narices nos lo permiten. Eso somos, pensamientos cada vez más egoístas, empobrecidos por la desdicha de eso otro que no somos y que no nos interesa ser.

Si tuvieramos un poco de cordura, prodríamos hacer mucho más por los nuestros, lo cambiariamos todo, nos enamorariamos diario, no habriá hambre, no existiria la miseria, ni la muerte a mano del hombre. Si algo de esto pasará, tampoco tendría que estarme preguntando por qué hacer con "Este corazón sangrante, picante,, conquistado, estrujado, tostado, molido, licuado, mezclado" por ti.


De la libreta de las anotaciones pachecas de amor. Fugue

jueves, 5 de febrero de 2009

FE DE RATAS





Fe de Ratas, es una especie de columna, yo diría que más, una válvula de escape y un taladro incisivo sobre aquellas cuestiones que me incitan a escribir.

Fe de Ratas.


" El periodismo es la última pinche barrera que nos impide caer en la barbarie. Sin periodismo, sin circulación de información, todos levantaríamos la mano cuando el big brother lo dijera. Es la voz de los mudos y el oído extra que Dios le dio a los sordos. Es el único pinche oficio que aún vale la pena en la segunda mitad del siglo XX." Es el equivalente moderno de la piratería ética, el aliento de las rebeliones de los esclavos. Es el único puñetero trabajo divertido que aún puede practicarse. Es lo que impide el regreso al simplismo cavernario. Contradictoriamente, es un asunto donde nuevamente hay cosas eternas: la verdad, el mal, la ética, el enemigo. Es la mejor literatura, porque es la más inmediata. Es la clave de la democracia real, porque la gente tiene que saber qué está pasando para decidir cómo se va a jugar la vida. Es el reencuentro entre las mejores tradiciones morales del cristianismo primitivo y las de la izquierda revolucionaria de fines del siglo XIX. Es el alma de un país. Sin periodistas todos seríamos muertos y la mayoría ciegos. Sin circulación de información verídica todos seríamos bobos. Es también el refugio de las ratas, la zona más contaminada, junto con las fuerzas policíacas, de toda nuestra sociedad. Un espacio que se dignifica porque lo compartes con los tipos más abyectos, más serviles, más mandilones, más corruptos. Y por comparación te ofrece las posibilidades de la heroicidad. Es como si metieran el cielo y el infierno en una licuadora y tuvieras que trabajar en movimiento. Es una albañilería del sentido común. "

Paco Ignacio Taibo II.


Qué alguien prenda la luz.
por: Fuguemann

En México como en la mayoría de los países de Latinoamérica se escucha hablar desde hace muchos años en algo llamado nuevo periodismo. Con él se busca reencontrar y re inventar la vieja esencia del periodismo que hoy parece tan perdida. Hace muchos años ser periodista era un oficio envidiado y reconocido. Los hombres de tinta y pluma sin haber estudiado específicamente periodismo, desbordaban sobre las paginas de los diarios historias día a día.

El mundo después de la Segunda Guerra Mundial cambio a saltos agigantados. La revolución tecnológica catapultó a los medios de comunicación (prensa, radio y televisión) a otro nivel de audiencias, las distancias comunicativas se acortaron. Después vinieron las computadoras y con ellas el acelerador fue a fondo,intercambio de información al instante, en tiempo real y, un universo alterno llamado internet, el cual sigue en pleno crecimiento, y que hoy es difícil saber cual su verdadero impacto en el mundo.

Junto con los cambios tecnológicos también se vinieron los cambios sociales y culturales, las estructuras y relaciones de los hombre también se renovaron. El periodismo no fue excepción, la carrera de periodismo fue sustituida por la de comunicación y con ella algo terminó por perderse. En la actualidad las universidades parecen más interesadas en el dominio técnico de los instrumentos tecnológicos, que en generar una pensamiento crítico y conciencia en los estudiantes.

Por eso el periodismo mexicano en nuestros días agoniza la lento y perseverante, parece morir de nada. En México existen 72 mil estudiantes de comunicación y periodismo según datos de la Universidad de las Américas (UDLAP). Esto quiere decir que en México sí hay muchos periodistas y comunicólogos, lo que hace falta son buenos periodistas y comunicólogos.

¿Realmente habrá falta de capacidad en los nuevos periodistas? Seguramente no es así. Uno de los problemas más grandes a los que se enfrenta quienes caminan por la arena de los medios de información es la intolerancia y la censura. Muchos quieren trabajar y ejercer un sentido crítico, poner el dedo sobre la yaga, pero es difícil hacerlo cuando los que controlan de los medios defienden intereses que van más allá del ejercicio periodístico.

Bien lo dijo Ryszard Kapuscinski uno de los más grandes reportero del siglo XX ""El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, par que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse...."

¿Qué hace falta en México para encontrar ese interruptor? No es un problema deontológico donde se involucren conceptos éticos y filosóficos, es más una deficiencia de carácter intrínseco, de romper el miedo y el cerco mediático impuesto desde hace ya muchos años por un gobierno infinitamente corrupto como lo fue el priísta.

Al abrir cualquier medio impreso nos daremos cuenta que la publicidad parece haberle ganado terreno a lo periodístico. Las historias y reportajes así como las crónicas ocupan cada vez menos espacio, la inmediatez de la información tiene mayor peso que la investigación y el contexto. Si aunado a esto le agregamos el bajo índice de lectura que el mexicano en promedio tiene, el camino del reportero cada vez se va notando más brumoso e incierto.

Los reporteros multimedia cada vez son más requeridos, estos hombres viven atados a la tecnología son "apologistas" de su oficio. Su trabajo requiere destreza y rapidez, lo que dificulta recopilar la información que se necesita para los grandes reportajes, esos trabajos que tenían altas dosis de esfuerzo reporteril y sentido crítico y, que hoy parecen estar en peligro de extinción. Y no es que este mal acoplarse a la tecnología y a todos los avances y beneficios que ésta ha traído, lo malo sería confundir el periodismo con cualquier otro oficio.

En resumidas cuentas el periodismo en México parece necesitar transfusión de inmediato, ya no hace falta hablar del nuevo periodismo cada cinco o diez años, lo que se necesita es hacerlo y no esperar tras la comodidad de un escritorio como muchos periodistas lo hacen, a que la divinidad llegué y los los de esas grandes historias. Hay que salir a buscarlas, están esperando ser contadas, necesitan que alguien prenda la luz por ellas, por que sus manos y piernas les fueron cortadas hace mucho tiempo.
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